jueves, junio 12

Salir del armario

Soy una persona que tiende agobiarse con poco. Si hasta ahora he mantenido mi idílica relación con Fresa como una estrella del punk de los 80, es decir No Future, así comenzamos, sin plantearme nada hasta que te lo planteas y lo que es más raro, te das cuenta que la otra persona también lo está pensando.
Cuando Fresa cumplió los años, la noche anterior al cumpleaños salimos a celebrarlo con amigos suyos y compañeros de trabajo. En un principio me presentó a sus compañeros como su “compañera de piso” y para sus amigos aunque saben algo, tampoco saben los términos. Conforme avanzó la noche se hizo evidente que no sólo era su compañera de piso. Luego cuando llegó el viernes y su familia le estuvo llamando para felicitarle, no pude evitar oírle cuando hablaba con su padre biológico.

Nota: los padres de Fresa se separaron cuando tenía meses y a él se ha criado con la nueva pareja de su madre, que es a quien considera como su verdadero padre, al margen del biológico con el que guarda relación, pero menos.

Su padre le preguntó por su vida, más o menos la conversación fue así:
... Si bueno, ahora estoy buscando piso. ... Con una amiga. ... Bueno, si es algo más. ... Se llama xxxx. ... Si lo sé. También se parece algo. (Me llamo igual que su madre) ... Ya llevo bastante tiempo con ella. ... Por ahora prefiero alquiler, no nos planteamos comprar.

No pude oír a su padre pero me he imaginado las preguntas. A su abuela hace tiempo, también le dijo por teléfono cuando se interesó por su estado sentimental que tenía una amiga especial.
Fresa está sacando esta relación del armario. La última vez que fuimos al cine con sus amigos, no se cortó en cogerme de la mano y darme mimos, yo por ahora sigo guardándole, no sé como decirlo en casa. Espero a llevar tiempo en el piso y ver como nos va para dar ese paso. Estoy muy cómoda sin presiones o preguntas familiares, disfrutando de una libertad que no conocía, necesito tiempo para acomodarme, sigue dándome alergia la palabra novio, pero es mi pareja, mi chico, mi amor.

A veces no hay palabras ni definiciones suficientes, ni ganas de que las haya.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Independientemente de como las queramos llamar, las cosas son lo que son. No te agobies por ponerle un nombre.

missmostoles dijo...

¿Por qué os dará tanto miedo la palabra NOVIO con las ganicas que tengo yo de echarme uno? jaaja

BIRA dijo...

No siempre hay que ponerle un nombre a las "situaciones" para que estas sean importantes en nuestra vida.

No te agobies, sal del armario cuando te apetezca. A lo mejor en tu casa ya se imaginan todo y por eso no preguntan nada. Tú a tu rumbo, a tu aire, a disfrutar de tu Fresa, de tu piso y de tu trabajo, de la vida, y del blog...

Un besote!

Laura dijo...

Las cosas irán saliendo a su tiempo. Disfruta el momento actual tal cual es, sea cual sea su nombre. Saludos.

Unknown dijo...

Todavía tengo ese palabro apartado de mi vocabulario, a todas las cosas no hay que ponerles nombre... yo hace unos meses no se me pasaba por la cabeza tener algo serio con nadie y ahora mismo lo que tengo no lo cambiaba por nada...