Estrenando casa 3. Por fin instalada

Doy por casi concluida mi mudanza, aún me quedan dos cajas por guardar, pero es a la espera de comprar unas cajas decentes para guardar lo que tienen dentro, lo importante está limpio y colocado, hoy toca el resumen final.

Martes
Lo primero deshacer mis maletas, guardarlo todo en el armario y limpiar bien mi habitación, donde no dormiré. Después todo el día en la cocina, comí un par de donuts por no pararme a nada más, aún no sabía con que utensilios de cocina contaba, saqué todo de los armarios, lo fregué, también los armarios por dentro y reorganicé la cocina a mi gusto. Lo mejor, salir a cenar a un restaurante que hay debajo de casa que está genial, me invitó Fresa, supongo que para compensar todo el esfuerzo que estaba haciendo, nos pusimos guapos y disfrutamos de una deliciosa cena, además nos hemos propuesto una vez a la semana cenar fuera de casa.
Y antes de cenar... le dimos por fin un estreno a esa cama de matrimonio, todo a lo grande.

Miércoles
Tocaron más compras, desde tabaco, bombillas, pasar por la farmacia, encargar unos visillos, como no me conozco mucho el barrio a cada sitio que pasaba preguntaba dónde encontrar el siguiente, afortunadamente la gente es muy amable y me guiaron muy bien. Ese día ni comí, dos red-bull que me arreé al cuerpo y a terminar la cocina, fregar todos los muebles y azulejos de arriba-abajo, después de seis horas y más de un litro de amoniaco perfumado, me quedo como los chorros del oro (aunque mi madre dice que tenía que haber fregado el techo ¿? ) pero seguía siendo una cocina sin comida. Imposible hacer la peazo compra que tenía que hacer a patita, no tenía ni sal, solución compra por Internet, cosa que hizo inmensamente feliz a Fresa. Esa noche tocó cenar comida china y dado que vivo en Chinatown, dimos con uno estupendo, muy cutre y lleno de chinos, pero la comida riquísima.
Jueves
Catástrofe cuando traen la compra, por una confusión mía o error informático, han traído dos paquetes de tres kilos de Cola-Cao, Fresa va a tomarlo hasta que le salga por las orejas. Día tranqui, se van abriendo algunas cajas. Esa noche hago de cena para estrenar nuestra reciente compra perritos calientes, que tenía antojo, sé que no es muy sano y sofisticado, pero me lo curro con su cebollita, su bacon, su mostaza picante...
Viernes
Me declaro en huelga, estoy demasiado cansada, aunque eso no me libra de hacer la compra de carnicería, por fin puedo cocinar, la primera comida que hago en nuestro hogar es chuletón de ternera, acompañado de pimientos de padrón y patatas a lo pobre. Pa chuparse los dedos, comienzo a introducirme en la cocina.

Sábado
Sigo en la cocina, dejando comidas echas que viene bien llenar el congelador, filetes rusos, boloñesa, arreglar verdura. Por la tarde a Getafe, a ver a Extremoduro.

Domingo
Por fin nos traen el sofá y la mesa de centro, viene el casero con toda la parentela, mujer, hijo, novia del hijo... Fresa se encarga de montar la mesa (Ikea por supuesto) y yo voy ordenando por fin el salón, además de hacerle un apaño al sofá cuyo estampado es delictivo, como el sofá es una cama nido (bastante alto pero para siestas cojonudo) Al final con unas sábanas muy chulas de Fresa que ya no va a usar, se quedo el sofá hasta bonito.

Lunes
Terminar por fin de limpiar la casa, por lo demás día tranquilo

Martes
Por fin se han tirado las últimas cajas que había en el salón, mis padres me han traído unos vasos muy chulos, porque no había vasos en el piso, solo jarritas o jarras de medio litro para cerveza (sorprendente) también me han traído una tostadora, una plancha y un carrito para la compra, el trastero ya está ordenado, el microondas comprado y ya tengo una cena con amigos para el sábado, aunque la fiesta de inauguración tendrá que esperar a últimos de mes, porque Fresa se va el sábado una semana de vacaciones y no podremos cuadrar fechas con la gente hasta que vuelva.

Después de este resumen, he de confesar que soy una maruja total, pero que estoy orgullosa, debería instituirse el día de la Maruja y las o los que son como yo salir a la calle desfilando con un mandil en una mano, la fregona en otro y arrastrando un carrito de la compra lleno de tupper.