Os presento a mi futuro felpudo

Fresa se ha propuesto tener una casa completamente friki, lo malo que a mi también me gusta la idea, ya que no hay presupuesto para pijadas en decoración, pasemos a la frikadas, que por cierto también son carísimas. Lo de la foto es mi futuro felpudo ¿a que esta chulo? Mi casa no será la más bonita, ni más grande, pero será la más divertida, gracias a mi friki favorito, a pesar de algunas cosas...

Hoy me he enfadado con Fresa, sus Transformer están en las estanterías desde el primer día, pero aún le quedan maletas por deshacer, sé que es un desastre, pero me he cabreado con él porque prometió que de hoy no pasaba (lleva toda la semana prometiéndolo) porque mis padres vienen mañana a ver el piso y traerme algunas cosas. Al final no lo hizo, se lo he dicho, ha recogido algo, pero como se había quedado dormido en el sofá luego era muy tarde para guardarlo todo, al final le he mandado a la cama y ahora la que está enfurruñada en el sofá soy yo.
Puede que yo sea algo neurótica pero él es un desastre y yo no tengo tiempo para todo, sabe que me tiene que ayudar, pero sus luegos y cinco minutos más a veces me cabrean mucho, aunque todo lo hablamos tranquilamente y al final termina haciéndolo, pero tengo que tener una paciencia infinita, supongo que la misma que él tiene por tener a una persona todo el rato atosigándole, acostumbrado siempre a hacer lo que le viene en gana.

Tenemos que aprender a convivir, aunque ya lo hemos hecho, ahora me doy cuenta que han cambiado las cosas, se han trastocado algo los términos y somos una pareja de hecho, ya no somos compañeros de piso que duermen juntos y me asusta un poco que algo salga mal.

No puedo evitar ponerme pesimista, afortunadamente he aprendido de mis errores y ya no me callo cuando estoy dolida por algo y con Fresa puedo hablar todo tranquila y razonablemente, no discutimos a gritos ni nada parecido, además los dos tenemos un carácter parecido, un pronto muy fuerte que controlamos, eso hace que después de un ratito en el que no hablamos se nos pasa. Cuando me pasaba eso y me quedaba en silencio Limón me presionaba para hablar y terminaba a gritos y diciendo cosas que no sentía, Fresa respeta ese espacio y yo también le respeto el suyo, lo que hace que tenga la relación más civilizada del mundo, aunque sólo la entendamos nosotros.

A veces tienes que dejar apaciguar las cosas para que se calmen, pero tienes que hablarlas después, no puedes hacer como que no pasan. Creo que tengo que darle las gracias a Limón porque me ha hecho descubrir mis errores, y como aprendo rápido espero no volver a cometerlos.