Fumata Blanca. Habemus Piso

Mi búsqueda de piso comenzó oficialmente el 4 de abril, las efemérides de ese día incluyen el aniversario de mi carnet de conducir, el cumpleaños de uno de mis primos, entre otras más ilustres.
Ha terminado oficialmente el 23 de mayo, casi dos meses y aunque he encontrado el piso perfecto en apariencia, la calle es una mierda.
Al final renuncié a Chamberí y amplié búsqueda, no es que viera gran cosa, y miré por el centro de Madrid, que iba desde Puerta de Toledo hasta Salamanca, y encontré un anuncio recién publicado de un piso nuevecito en una calle detrás de Gran Vía, con nombre poético.
El piso es la leche, 75 m2, dos habitaciones bastante grandes una con una cama de matrimonio enorme y armarios en abundancia, salón apañado, amueblado, la cocina nueva y con horno, el baño completo con bañera e invento francés incluido. Un primero con altura de segundo todo exterior, con techos altos y esos maravillosos ventanales con contraventanas de lamas y balconcitos para poder poner macetas con flores.
A Fresa le entusiasmó, aunque disimulara delante del comercial yo le veía como los ojos le hacían chiribitas, lo de la zona a él no le preocupa, pero es un tiarrón de más de metro noventa... Cuando salimos del piso ya estaba hablando de comprar una lámpara chula, en unos estantes que hay en la pared del salón ya se veía colocando sus Transformer y un dragón horrible (al que me voy negar), mientras yo organizaba mentalmente los muebles, miraba las estanterías (tenemos muchos libros) y el espacio que hay en la cocina que es pequeña pero apañadita. Ayer por la noche yo estaba pegando saltos de contenta, me pasé horas mirando el catálogo de Ikea y otras tiendas de muebles.
Hoy he ido a la inmobiliaria y he entregado la señal, después me he dado una vuelta por la calle, no todo puede ser bonito, a pesar de estar en pleno centro de Madrid está todo lleno de putas, a las doce de la mañana delante de la puerta de mi futura casa he contado como ocho. Después he estado hablando con un policía (patrullan mucho la zona y hay dos comisarías muy próximas) me ha dicho que siempre es así, pero por el día no pasa nada, por la noche es otra historia y por lo menos ya se han llevado a los yonquis. Mi ex profesora de teatro va a ser mi vecina de portal y la llamé para preguntarle qué tal se vive por la zona, me dijo que bastante bien y que aunque estén las prostitutas no pasa nada, espero que tenga razón.
La verdad que el piso me encanta, pintado de colores, con un parquet impoluto y un pequeño trastero, está perfecto, si nos dicen que lo estrenamos me lo creo.
A pesar del mal fario que me da la calle el piso merece la pena, y siempre podré poner flores en los balcones (acepto recomendaciones de flores baratas y fáciles de cuidar) para embellecer algo la calle.
Ahora tengo que concentrarme en organizar la mudanza, mirar cosas para comprar (como un sofá) y empezar mi nueva vida con Fresa, en una cama grande, echaré de menos mis noventa centímetros.

Adivináis cómo se llama mi nueva calle...