martes, abril 8

Autorecordatorio y autocensuras.

Cuando comencé a escribir el blog tenía el propósito de ser una continuación del que inicié en julio, algo para desahogarme, contar mis paranoias, y cualquier chorrada que me llame la atención. No esperaba tener lectores, y mucho menos fijos, que sorprendentemente les gusta lo que escribo.

Responsabilidad, me siento demasiado responsable de lo que voy escribiendo cada día sabiendo que alguien lo va a leer, por supuesto no es nadie que me conozca personalmente, nadie de mi alrededor sabe que escribo un blog, lo decidí así, para no tener que autocensurarme nunca, pero no puedo evitar volverme exigente acerca de lo que tengo o no que escribir.

Ayer me quedé un poco mal, pensando si no estoy demasiado pesada con Fresa últimamente, hoy no he parado de darle vueltas, así llega la censura. No quiero autocensurarme y aún no lo he hecho pero si me he reprimido con algunas cosas y no debo hacerlo.

Es un blog personal y no tengo que cortarme en nada de lo que escribo, aunque me de vergüenza contar ciertas cosas, si soy capaz de hablar de mi vida sexual y los problemas de mi coño sin cortarme un pelo, no tengo porque esconderme de lo que siento, aunque para mí sea más íntimo declarar que estaba celosa o las explosiones de cursilería que tengo algunas veces sobre Fresa.

Me gusta escribir con total libertad, y creo que eso se nota en el blog, se lo debo a quien me lee alguna vez, pero sobre todo me lo debo a mi misma, para que esto sea mi confesionario y mi terapia particular.

Después de lo dicho, sólo me queda una declaración de principios, para todos pero sobre todo para mí.


Yo, Caramelo, residente en este Madrid sin estrellas, que pertenece a blogger, prometo solemnemente no autocensurarme, ni esconderme tras eufemismos, ni escribir entre líneas, ni arrepentirme de lo que alguna vez escribo aunque con el tiempo cambie de opinión, pero sobre todo prometo no volver a comerme la cabeza con dudas sobre si está bien o mal.
Prometo ante todo y sobre todo sinceridad.




3 comentarios:

moonriver dijo...

¡Olé! ¡Fuera la autocensura! Yo tenía que haber hecho como tú y no decirle a nadie conocido que escribía un blog. El problema es que ahora hasta mi padre me lee (eso sí,yo no le dije lo del blog,que lo descubrió él solito) y claro siempre surge la autocensura. Y encima no puedo hablar sobre Verde Pistacho (me mola esto de escoger pseudónimos) porque él también me lee (o me leía,que ahora anda muy liado y no sé si tiene tiempo). En fin;que,aunque me sirve de terapia es una terapia a medias solamente.

anselmo dijo...

Como tu me dijistes: este blog es tu terapia..los demás solo somos voyeurs de tus pensamientos, así que no te cortes.
La verdad es que te entiendo, yo, haciendote caso he empezado un blog, pero fíjate, yo si me he autocensudado: he puesto el blog con avisos y tal, lo he quitado de las búsquedas de internet...porque cuando empiece con mis pensamientos íntimos, no tengo ni putas ganas de que la gente sepa quien soy, porque tengo cosas que esconder y de las que avergonzarme también...

BIRA dijo...

Acertado razonamiento. Aunque te leamos otras personas, he leído, creo en tu primer post, que este blog lo hacías para ti.

Creo que muchos empezamos con esa idea, aunque en el fondo nos gusta que nos lean (si no, utilizaríamos otros medios para escribir).

No te autocensures. No has pensado que los que entramos a leerte lo hacemos porque nos gusta lo que vemos? Y si hablas más de Fresa qué? Es tu blog y puedes escribir lo que quieras. Al que no le guste, "ajo y agua".