martes, marzo 18

Las desventuras del coño

Voy a divagar sobre los problemas del coño y la vergüenza que paso por culpa de ellos, los del mío para ser más exacta, aunque imagino que son compartidos por un gran número de féminas. Advierto que los temas a tratar pueden resultar algo escatológicos, pero es lo que hay. Si eres mujer me entenderás, si eres hombre igual aprendes algo con lo que entendernos un poco mejor.

Para una mejor estructuración seguiré un orden, desde fuera hasta dentro. Sabiamente ilustrado por esos grandes genios incomprendidos que son los Hombres G.

Un minuto nada +.

Olores, el coño huele. Si la higiene es adecuada no tiene porque ser algo molesto ni desagradable, si bien hay mujeres con un olor más intenso por cuestiones hormonales, nada que no pueda solucionar una buena ducha. Hay días del mes que es más intenso, como al termino de la regla.

Luego hay otras veces que por no gastar un poco de tu tiempo puedes encontrarte un olor desagradable al levantarte, me explico con un ejemplo:

Sales de juerga, regresas medio borracha, echas un polvo con tu pareja fija y como tomas la píldora se corre dentro, terminas tan cansada que pasas de ir al baño a lavarte y te da igual en ese momento manchar las sábanas, al día siguiente el coño huele a perros muertos. Sé que es una cerdada, pero he de admitir que a veces soy un poco guarrilla y me ha pasado, pero solo una vez he de decir en mi defensa. Solución que aporto, ten a mano toallitas higiénicas, no es lo ideal pero para salir del paso vale, si te da palo ponerte a limpiarte delante de él, espera a tener la luz apagada y algo donde esconder la prueba del delito cerca y lo más hermético posible. Conviene cambiar las sábanas al día siguiente.

Lo noto.

Fluidos diversos. La regla da para un post ella solita pero no es el tema del que quiero tratar hoy. Los fluidos de los que quiero hablar no son exactamente los femeninos. Para alguien que lleva poco tiempo tomando la píldora, que se corran dentro es toda una novedad aunque no se note dentro cuando sucede, se nota cuando te levantas y la primera vez he de advertir que no es una sorpresa agradable.

A estas alturas de la película nadie se escandaliza por un poco de semen, yo soy una de ellas, no me importa tragarlo (cuando es de confianza la persona que algo de escrúpulos tengo), se han corrido en mi mano, pecho, espalda... Pero en el coño es otra historia, porque todo lo que entra sale, y sale mucho más líquido porque se mezcla con lo generado por ti, resbala por las piernas y puede gotear por el suelo. También depende un poco de la cantidad recibida, solución para esto, un kleanex a mano y corriendo para el baño, entonces es cuando descubres para que sirve realmente ese gran invento francés, no, no sirve sólo para lavarse los pies.

Con lo limpios e higiénicos que son los condones, quien me mandaría a mí a tomar la píldora... Mi ginecólogo, aclaro.


No te escaparas.

Esto es lo más peliagudo, y lo que más vergüenza me da, aunque sé que es perfectamente normal y a todas las mujeres nos pasa alguna vez, pero me dan unos ataques de risa a causa de los nervios cuando me pasa, al grano, estoy hablando sobre los pedos vaginales.

Se producen por una combinación de aire y fluidos vaginales, hay posturas que contribuyen a ellos, como la “de perrito” . Los tíos tienden a descojonarse del asunto, pero aunque tiene algo de gracia ¿por qué eso nunca pasa en el cine? la primera vez puede ser muy traumática, y te deshaces en explicaciones, no es lo que parece y blablabla.


Siento que me haya quedado tan asquerosito, pero por desgracia es la cruda realidad y de vez en cuando hay que abordar estos temas, que no todo son maripositas y orgasmos.

4 comentarios:

missmostoles dijo...

¿Eres mi alterego, caramelo?
Hace tiempo hice un post (bueno, dos) sobre coños bastante parecidos al tuyo. Está en Hablemos de sexo, por si les quieres echar un ojo.

moonriver dijo...

¿Habéis tenido alguna vez hongos vaginales? Porque eso sí que es un suplicio. El coño te pica a rabiar y, claro, si estás en tu casa te rascas, a veces con demasiado ímpetu y, al final, terminas escociéndote; con lo que el coño te sigue picando igual, pero, cuando te vuelves a rascar, encima te duele. Al final terminas por acudir a ese maravilloso invento de los franceses y te echas agua fría como una posesa y la cosa se calma; pero, cuando te secas y te pones unas braguitas limpias, el martirio comienza de nuevo. Por no hablar de lo mal que se pasa cuando estás en público y no sólo no te puedes rascar, sino que ni siquiera te puedes quejar. Y cuentas las horas que quedan para tu cita con el ginecólogo y, por fin, llega el ansiado momento y te manda una milagrosa crema (gine-canestán, en mi caso) y en un par de días tu coño vuelve a la normalidad. ¡Alabados sean los ginécólogos y los farmacéuticos!

Caramelo dijo...

Miss, he de reconocer que tu post sobre coños fue mi fuente de inspiración... Perdona el plagio.
Moonriver, hongos no, pero cistitis sí, y también es una putada, que se soluciona con unas pastillitas antibioticas.

Anónimo dijo...

no seria una buena idea inventar unos caramelos con sabor a distintos coños, para que antes de comer un coño, se tome unos cuantos de estos caramelos para familiarizarse con el sabor y no quedarse traumatizado durante el acto?