martes, marzo 18

Helena

Está llorando en el baño, le duele mucho la cabeza. Suele pasar cuando la golpeas repetidamente contra los azulejos.

Cada una soluciona sus ataques de ansiedad como quiere, se dice.

No puede gritar, no puede dejar que le vean así, no le queda más remedio que esconderse, pero aquí no puede camuflar con el ruido de la ducha sus llantos, afortunadamente el Bar tiene la música muy alta, no pueden oírla. No se mostrará débil, aparenta ser orgullosa. Una dignidad mal entendida.

Sólo es una niña asustada.

Mira los moratones de los brazos y recuerda los desprecios, pero no pasa nada. Él ha vuelto a gritarle, ella no quería volver a discutir, está muy cansada, agotada de tantas broncas y reproches, ni siquiera se acuerda del porqué de la pelea.

Él lo hace por amor, se dice a si misma, quiere que Ella sea mejor.

Mentira, en el fondo está harta de ese control férreo que ejerce sobre ella, de no poder ser ella misma, de andar siempre con cuidado, pero su miedo le impide actuar.

Huye y llora. Cree que tiene más motivos para seguir que abandonar, aunque solo sea por los buenos momentos que a veces tienen, maldito autoengaño. Su salida es encerrarse, golpearse, autolesionarse, el dolor físico es más fácil de llevar.

Cómo pude terminar así, se pregunta.

De vez en cuando Él es bueno con ella, le sonríe, le dice que le quiere, que es la mujer de su vida, se moriría sin ella, le abraza y le hace reír, vuelve a ser el hombre del que se enamoró. Esos momentos hacen que olvide todo, otro error.

Vuelve a engañarse, no puede hacerme daño a propósito, hoy me invitó a cenar y me dijo que estaba muy guapa cuando le pregunté, aunque no le gustaba como tenía el pelo y opinaba que no tenía los ojos bien maquillados, pero le gustó mi vestido, Él a veces no sabe lo que hace, tiene un carácter difícil pero es buena persona, no quería empujarme, ha sido un accidente, esta noche ha bebido mucho y últimamente está sometido a mucho stress, es sólo una mala época que se pasará.

Justifica su situación de sparring emocional, aunque en su interior no termine de creerselo. Su cerebro protesta, le envía señales en forma de insomnio, cansancio, ansiedad, su precioso pelo comienza a caerse, pero es porque últimamente está adelgazando mucho, tiene que intentar comer más. Otra vez el autoengaño, está demasiado ciega.

La gente de su alrededor conoce su secreto, pero callan, nadie quiere inmiscuirse en relaciones ajenas, son amigos de los dos, y cuando lo han intentado no ha servido de nada, Él les dice que exageran, Ella se ríe, les dice que no pasa nada, allá cada uno con su forma de vivir. Aunque todos hemos visto el empujón, y como le echaba a Ella la culpa, llamándola torpe. Él le hace demostraciones públicas de afecto, besos, abrazos, aunque los demás no terminan de entender porque unas veces es cariñoso y otras veces la ignora o la humilla. Ya han vuelto a discutir, es un poco cansado estar a su lado, siempre están igual, pero solamente son discusiones de pareja, lo que pasa es que los dos tienen mucho carácter.

Están acostumbrados a ver como Ella se esconde a veces en los rincones oscuros tratando de disimular los ojos rojos, pero está sonriendo y dice que sólo está un poco cansada, lo de los ojos será por el humo. No somos quien para meternos en sus vidas.

Ella se lava la cara, agua muy fría que la despierte, un poco de colirio en los ojos, retoques de maquillaje y ya está preparada para salir del baño, está otra vez tranquila. Sale, sonríe, tiene una bonita aunque triste sonrisa, pide otra copa, habla de trivialidades.

Los demás la observan y no dicen nada, no es asunto suyo.

2 comentarios:

moonriver dijo...

Una auténtica princesa, sin ninguna duda. Las princesas siempre fingimos ser fuertes, aunque no lo seamos. Y siempre nos autoengañamos repitiéndonos hasta la saciedad que todo va bien, aunque no sea así. Y cuando no podemos autoengañarnos por más tiempo, nos culpamos a nosotras mismas por todo lo que va mal y tendemos a autolesionarnos, tanto a nivel físico como psíquico. Pero lo bueno es que, al final, siempre encontramos la forma de sobrevivir y Helena lo hará también.

BIRA dijo...

De todos los cuentitis de princesas que te he leído este ha sido el que más me ha gustado. Es cruel sin pretenderlo, es real, es profundo... es triste que esta situación se produzca con tanta frecuencia.