viernes, febrero 22

Una mañana cualquiera

Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii

Odio tu despertador.
Los dos abrazados.
Brazos y piernas entrelazados.
Caricias con los cuerpos desnudos.
Besos furtivos, espalda, hombros, cuello, boca.
Date la vuelta, quiero abrazarte.

Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii

Suena otra vez, ¿qué hora es ya?
Tarde, solo 5 minutos más.
Mas besos por la nuca.
Caricias íntimas.Que suave...
No seas mala, no da tiempo.

Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii

Te he dicho ya que odio tu despertador.
Yo también.
Besos, más caricias, otro abrazo.
Preciosa, tengo que levantarme.
Me gusta que me llames preciosa.

Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii-Piiii

Lo único bueno de ese maldito ruido es despertarme a tu lado.
Me gusta dormir contigo, mimarte, quiero que estés bien.
Besos, más besos.
Salto de la cama.
Que pases un buen día.
Tu también guapa.

¿Beso? Un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas.
Ingrid Bergman (1915-1982) Actriz sueca.

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