Las desventuras del coño. 4ª Parte.

Hoy quiero escribir sobre otra desventura del preciado tesoro que tengo entre las piernas, pero esta vez no será nada desagradable, todo lo contrario, son los mimos que le dedico en ocasiones.

Hoy toca la masturbación femenina por supuesto, nunca mejor dicho, no incluida en los pequeños placeres porque es un gran placer.

Aclaraciones importantes.
No voy a dedicarme a describir las diferentes técnicas, esto se limita a mi experiencia personal, intentaré dar algunos consejos desde mi humilde opinión, pero no esperéis virguerías de técnicas sexuales avanzadas, como muchas otras cosas de la vida, el secreto siempre es hacerlas sencillamente.

Los primeros comienzos.
No recuerdo a que edad empecé, creo que es algo que vas adquiriendo con el tiempo si tienes curiosidad sexual es algo que comienza desde niña.
Mi primer recuerdo relacionado con el tema es de cuando yo tenía unos diez años, veía a una niña en el colegio de unos cuatro años menos que yo, que se pasaba todo el recreo sentada con una mano entre sus piernas que apretaba fuertemente, mientras ponía cara de ida. Recuerdo que sabía claramente que estaba haciendo (con diez años ya has perdido mucha inocencia) porque es algo que yo hacía más discretamente por supuesto, la presión sobre mi clítoris (que por entonces no sabía que se llamaba así) daba gustito, eso era todo lo que necesitaba saber.

De todo se aprende.
Con diez años recuerdo que leía la Superpop, tenía historias que por entonces me parecían muy porno, chicas contando su primera vez donde veían estrellitas y fuegos artificiales (lo del dolor y la sangre omitido por supuesto) te daban también consejos de cómo complacer a chicos y cosas por el estilo. Además del apartado tu cuerpo, donde te daban el sabio consejo (porque lo es) del espejito, coger un espejo y mirarse el coño, descubrir como es y como funciona.
Tengo que decir que mi coño es feo, yo lo considero feo y mira que lo quiero mucho, pero lo que es, es. Por esa razón no me gusta rasurado, el pelo disimula algo. En mi defensa tengo que decir, que no tengo muy claro como es un coño bonito.

Experimentos.
De la siguiente serie de objetos, un gallifante para el que adivine los que he llegado a usar:
Un vibrador, un vegetal, un cepillo, un rotulador, un bolígrafo, un muñeco de Macario, un muñeco de Espinete, un tubo de crema, una botella, la alcachofa de la ducha, un pintalabios, un play durex, un objeto de cocina y algún dedo u otra parte del cuerpo.
Por supuesto no he usado todos los que están, pero algunos sí, que no voy a aclarar, de vez en cuando tienes que guardar algo de misterio.
Los experimentos vienen a ser pruebas y exploraciones que haces para descubrir que te proporciona mayor o menor placer. Curiosidad y ganas de hacer cosas nuevas para al final quedarte con lo que más te gusta.

Mis primeros orgasmos.
Se puede decir que comencé a masturbarme mucho antes de tener orgasmos, sólo sabía que hacía cosas con mi cuerpo que me daban gustito, pero no hasta donde podía llegar.
El primer orgasmo no recuerdo a que edad fue, pero sé como ocurrió, descubrí un método fácil y sencillo.
Llenaba la bañera pero no demasiado, me tumbaba relajada, desenroscaba la alcachofa de la ducha, regulaba la temperatura y dirigía ese chorro de agua a mi amado aunque feo coño, después de un ratito alcancé el cielo, pena que donde vivo no tenga bañera y solo lo pueda hacer cuando voy a casa.
Lo malo de esto era que no podía estar todos los días bañándome, tocaba ducha rápida, y además no es bueno tanta agua en la vagina, se carga la flora y fauna y puede provocar sequedad vaginal, pero de vez en cuando es una alegría.

Resultado final
Con el tiempo aprendí a cambiar el chorrito de la ducha por mis maravillosos dedos, por lo que podía dedicarme al agradable arte de la masturbación con intimidad y sin parafernalia.
Las películas porno han creado mucha mitología sobre masturbarse, juguetes sexuales y otras historias, yo no necesito nada de eso, sólo el dedo índice de mi mano derecha, soy incapaz con la izquierda.
Hay que distinguir entre lo que llaman orgasmo vaginal o clitoriano, hay mucho debate sobre si hay dos tipos, sólo uno o es todo una conjunción.
En mi humilde opinión y por como responde mi cuerpo yo tengo de los dos, cuando me masturbo me concentro en el clítoris, y me corro sólo con él, produce un orgasmo más corto y suave que él que tengo cuando follo. Con un polvo es diferente, lo siento más dentro, más intenso y algo más largo, puede ser sugestión, no lo tengo claro, sólo sé que para tener un orgasmo masturbándome no hace falta que me introduzca nada dentro, pero a la hora de follar estoy deseando lo contrario y en los dos casos suele ser tremendamente satisfactorio.

El porqué.
Tengo una pareja con la que practico con bastante regularidad, somos podría decirse de misa diaria, pero de vez en cuando apetece quererse a uno mismo. Puede ser porque estés con la regla y cachonda (con un tampax puedo masturbarme sin miedo a manchar nada) porque estás necesitada realmente de sexo(antes de estar con Fresa, sufría porque a Limón lo veía poco) o porque simplemente te de la gana.

Como dijo Woody Allen, masturbarse es hacerle el amor a la persona que uno más quiere.

Dedicado a Golfo, que ha sido mi fuente de inspiración.