viernes, abril 11

De boda en boda.

Hoy vuelvo a mi pueblo porque mañana tengo boda.

Va ser la primera a la que asista sin la compañía de Limón, por lo menos me ahorraré las pregunta y bromas de a ver cuando nos toca.

La última boda a la que asistí fue a finales de septiembre, de un primo de Limón, por entonces aunque me lo negaba a mi misma las cosas iban mal, yo estaba llena de dudas, y de lo único que te hablaba la gente en esa boda era que los siguientes nosotros.

Limón tenía ganas de casarse o irnos a vivir juntos, pero yo me agobiaba, no tenía prisa por cambiar Madrid por una capital de provincias.

Las bodas en los pueblos son por una parte lo puto peor, una cantidad enorme de gente, allí que haya 250 invitados se considera que es una boda sencillita, la media andará entre los 400 invitados, pero he ido a bodas de más de 500. Los restaurantes no hacen más que construir salones de bodas cada vez más grandes.

Yo siempre bromeaba con celebrarla en el Bernabeu, porque entre las bodas a las que iba con Limón, más las que invitaban a mis padres, cuando tuviera que casarme si invitaba a toda esa gente, tendría que alquilar un estadio.

Este año solo tengo esta boda, bueno hay otra en julio, pero a esa paso de ir, es más compromiso de mis padres. El año pasado fui a cuatro, y tenía cinco pero en una plantaron literalmente a la novia tres semanas antes. En 2.006 tuve seis bodas, dos llegaron a coincidir el mismo día, además fue la boda de mi excuñada. Un coñazo esto de los pueblos.

Ahora no sé si me casaré, no quiero ilusionarme en exceso con Fresa, tiene unas opiniones un tanto radicales, pero si me casara con él sé que sería una ceremonia pequeña, por lo civil, Fresa es completamente ateo, en esas condiciones me resultaría ridículo casarme por la iglesia.

Como muchas mujeres fantaseas con lo que querrías para ese día, yo soy muy tópica, me apetece algo pequeño, un jardín al aire libre, amigas recitando poemas que me gusten, votos escritos a la americana, y cursiladas varias.

Eso sí, imprescindible un mínimo de 4 horas de barra libre.

Esa es la parte buena de las bodas. Mañana pienso beberme hasta el agua de los floreros, y a quién me diga, que pena lo tuyo con Limón, le voy a contestar que lo mío con Limón no funcionó porque realmente soy lesbiana y me he echado una amante rusa de dos metros que trabaja de segurata en un bar gay.



5 comentarios:

moonriver dijo...

A mí las bodas siempre me han gustado por toda la parafernalia que implican; pero, sobre todo, por el vestido de princesa.
El año pasado fui a la boda de una amiga. Fue realmente preciosa, más que nada porque están enamorados de verdad y sé que estarán juntos y felices para siempre jamás.
Por mi parte creo que al final no me casaré. Si lo hago me gustaría hacerlo con Verde Pistacho. Vaya tontería,fantaseando con casarme con un tío con el que ni siquiera estoy saliendo,es más,con el que ni siquiera me he liado. Pero es que me enamorado de él,qué le vamos a hacer. Aún así no creo que él sea de los que se casan. La verdad es que preferiría vivir con él sin ningún tipo de atadura legal,saber que él es enteramente libre de dejarme cuando quiera. Y es que soy así de rara.
Pásalo bien en la boda y exprime al máximo la barra libre. Besos.

anselmo dijo...

odio las bodas...la mia fué como las de Almodovar...cosas que tiene la gente de los pueblos pequeños

missmostoles dijo...

A mí me encantan las bodas... de los demás.
Sobre todo cuando empiezan a jalear:
- "¡Que se besen los padrinos!"

Jamás me casaría pero de hacerlo, organizaría algo descomunal y super hortera.
Pásalobien!

Agus dijo...

Buen post, al igual que los anteriores, he leído algunos y veo que no te cortas NADA. Me parece correcto, y espero que tengas mejor relación con Fresa que con Limón, aunque no sean del mismo "tamaño".
Buenos argumentos, con porno "enrolado" en mágica lectura, me mola, te seguiré, estás en los favoritos del noctámbulo Agus.
Nos vemos en el Todo a Euro...

Caramelo dijo...

¡¡¡Toy muerta!!!
Vivan las bodas horteras, son las que mejor lo pasas