Sin embargo, ir a mi casa sí supuso un total cambio en mi vida, yo vivo en una zona alejada del pueblo, un lugar donde dependes del coche para todo, por lo que cuando salía de fiesta, siempre dormía en casa de Limón que está en el centro. Mi rutina de fin de semana era siempre la misma, y eso incluía también las vacaciones. Estar con Limón, salir con él, sus amigos, su casa, su familia... Dependía por completo de él.
He descubierto esta Semana Santa que tengo que acostumbrarme a una nueva rutina, siempre me he dejado llevar, realmente no es a Limón a quien echaba de menos cuando llegaba al pueblo, echaba de menos mi antigua vida. Era muy cómodo no depender de coche, era muy divertido estar siempre de fiesta, y estaba acostumbrado a seguir una determinada rutina, cañas, cenas, cines... Muchos años haciendo lo mismo.
Ahora soy yo quien tengo que crearme una nueva vida, dejar la pereza o los miedos a un lado y empezar a saborear una nueva libertad a la que aún no he terminado de acostumbrarme, ahora decido yo donde quiero ir, con quien quiero estar y sobre todo cuando me quiero marchar.
He creado mi nueva rutina, y lo mejor de todo es que no es nada rutinaria.
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