Ayer Fresa me gritó, no fue por nada, estaba de mal humor, ni siquiera me gritaba a mi, estaba más bien peleándose con el ordenador, pero me asusté mucho, corrí a refugiarme en mi cuarto, y en cuanto él se dio cuenta de que me había gritado, corrió a pedirme perdón completamente acojonado, comprendió muy bien lo que había pasado, me encontró llorando a moco perdido. Fresa es todo dulzura, sabe toda mi historia, la ha vivido en directo, y además de su forma de ser, es muy buena persona y siempre me trata con especial cuidado.
Me pidió perdón mil veces, se disculpó de mil maneras, estaba arrepentido de verdad, claro que le perdoné, estuve un rato hablando con él y explicándole mi situación, aunque él ya sabía todo.
Realmente yo no tenía motivos para ponerme así, pero me dio un ataque de nervios recordando a Limón, desde que terminé con él ya estoy bastante mejor, pero no puedo soportar que me griten, no puedo volver a discutir, he desarrollado una hipersensibilidad a cualquier tipo de gesto agresivo.
Cuando lo dejamos Limón y yo, tardé un tiempo en darme cuenta de mi situación, más bien son los demás te la señalan, pero te niegas a creer que hayas sido una mujer maltratada, yo que me creo con tanto carácter y tan lista, a mí no podía pasarme, yo no lo iba a consentir.
Es todo una mierda, los maltratadores psicológicos consiguen minarte la autoestima, hacerte creer que todo es culpa tuya, que tienes lo que te mereces, y que nadie te va a querer, sólo ellos. Y terminas por creértelo todo, siempre es más fácil hacer caso de lo malo que de lo bueno, pero eso no es amor.
Creía que no tenía ninguna secuela, que no había sido maltratada porque me encontraba bien , leí algún libro y busqué información en Internet acerca del tema, yo no estaba traumatizada, jodida tras una ruptura de una relación de muchos años quizás, pero tengo una vida normal y una relación normal. Puede ser que varias de las acciones propias del maltrato las hubiera sufrido, pero yo estaba bien, no era una mujer maltratada ni Limón un maltratador.
Ayer vi las cosas muy diferentes, ayer pude comprender que sigo con miedo sin causa aparente, y eso no es bueno.
Hoy no quiero volver a mi casa, no quiero estar oyendo a mi madre despotricar sobre la última cosa que va contando de mí la madre de Limón, no quiero formar parte de esa cruzada absurda.
Esta semana no quiero ver a Limón, no quiero enfrentarme a él, a veces me gustaría poder odiarle, pero sólo tengo mucho miedo. No quiero volver a llorar, no quiero asustarme por más gritos.
Hoy no quiero separarme de Fresa, es el único que me aporta algo de paz.
Esta semana no quiero encerrarme en mi casa, ni pasarme el día tirada en el sofá, porque me aterroriza cada vez más salir y tener que contestar a las preguntas impertinentes de la gente, no quiero seguir fingiendo que estoy bien, porque no es verdad, estoy cansada de mentir.
Hoy no quiero seguir aparentando que no me importa nada, que no tengo secuelas, que soy perfectamente normal y feliz.
No quiero tener miedo.
2 comentarios:
Aquí te dejo una cita de Andreu Martín y Jaume Ribera:
"...unos miedos se borran, otros persisten. Y éstos son los peores porque los llevamos dentro y no hay manera de escapar de ellos. Miedo a no ser capaces de conseguir lo que más falta nos hace, miedo a no ser aceptados tal como somos, miedo a ser descubiertos en nuestras debilidades que imaginamos vergonzosas. El miedo. Ahí está la clave"
Ha resultado que "Helena" era autobiográfico? Me hubiera gustado que hubiese sido un cuento más, que sólo existiera en tu mente creativa y que no hubieras tenido que pasar por algo así. Espero, de todo corazón, que estés mucho mejor ahora, que te sientas segura y feliz contigo misma y que NUNCA MÁS vuelvas a tener miedo.
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